Siames
Este hermoso gato es el legendario gato de templo del rey de Siam. El rey no solo apreciaba a los gatos por su exquisita belleza, sino que también se utilizaban como gatos guardianes. Los siameses se encaramaban a las altas columnas que rodeaban el trono del rey si alguien amenazaba al rey, los gatos saltaban desde las columnas hasta el asaltante. El tamaño de los siameses, su fuerza y su capacidad para saltar desde una gran altura, bastaban para derribarlo. Si fuera necesario, arañaban la cara de la persona que quisiera hacer daño al rey de Siam.
Nadie sabe si la leyenda es cierta, pero el gato que vio el naturalista y explorador alemán Peter Simon Pallas pudo haber sido un Siamés. Aquel gato figuraba en los informes de Pallas sobre las exploraciones del mar Caspio en el siglo XVIII. En su descripción, Pallas contaba que tenía "orejas, garras y cola... bastante negras. Es de tamaño medio, tiene las patas algo más pequeñas que el gato común y su cabeza es más alargada hacia la nariz".
Los siameses son estupendos saltadores y trepadores, y les encantan las alturas, por lo que deben contar con estantes y árboles para gatos. Les encanta jugar y agradecen que haya juguetes por la casa. Aunque su pelo requiere poco cuidado, los siameses tienden a asociar el cepillado al afecto y disfrutarán del momento del aseo.
Pese a su elegante aspecto, el siamés puede ser un gato muy mimoso. Es extremadamente cariñoso y dormirá junto a su propietario.
Además de bonito, es un gato muy inteligente. Se le puede adiestrar para pasear con correa. Sin embargo, eso no significa que lo puedas adiestrar para hacer todo lo que deseas. Al igual que la mayor parte de las demás razas inteligentes, el siamés tiene sus propios deseos.
El siamés es un gato afectuoso que necesita que su propietario se entregue totalmente a él, al igual que él se entrega totalmente a su propietario. Su propietario debe ser cariñoso y encontrar el momento para jugar con él.
